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viernes, 10 de agosto de 2007

Recuerdos que me han hecho mal

Un grupo de psicólogos de Estados Unidos asegura que, luego de un análisis sobre el comportamiento cerebral, se acercaron a la posibilidad de suprimir los malos recuerdos en las personas. La opinión de especialistas platenses que dudan de estos métodos y reflexionan sobre sus alcances
 
 
La posibilidad de que los malos recuerdos dejen de atormentar para siempre al ser humano sin dudas abre expectativas. Hace ya muchos años que en distintos países se viene trabajando con prácticas de este tipo, continuas y sistemáticas pero todavía muy lejanas a lograr la unanimidad de la comunidad científica.
El más reciente intento de este tipo es un estudio del Instituto de Psicología de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, dado a conocer por la revista Science, en el que varios especialistas afirman que pudieron identificar áreas cerebrales que están directamente vinculadas a los procesos emocionales, abriendo un campo propicio (según estos psicólogos) a la posibilidad de reprimir recuerdos desagradables.
"Creemos haber detectado los mecanismos neuronales de este fenómeno y esperamos que este descubrimiento genere nuevos enfoques terapéuticos y nuevos medicamentos que permitan tratar un conjunto de problemas emocionales", estableció en un comunicado Brendan Depue, el principal autor del estudio. Esta conclusión fue posible luego de estudiar diferentes imágenes del cerebro obtenidas por resonancia magnética.
"El hecho de borrar recuerdos me da miedo, me hace pensar en una especie de lobotomía a la conciencia", asegura a Hoy la especialista Mabel Sgriletti, psicóloga de la ONG CIEMS (Centro Integral de Estudios para el Mejoramiento de la Salud). Y agrega: "No se pueden borrar imágenes que ya están adheridas en el inconsciente del individuo, tampoco existen pruebas fehacientes de que el hecho de suprimir malos recuerdos contribuya al desarrollo de una personalidad normal".
El mismo escepticismo comparte el psiquiatra del Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero Juan Alberto Álvarez Luna, quien afirma: "se trata más de un deseo del ser humano que una posibilidad científica real" ya que, según su óptica, "la memoria está inserta en el ADN del individuo, que se inscribe en las proteínas y queda grabado en cada una de ellas mientras la mente continúa trabajando, lo que hace imposible borrar malos recuerdos". Para el médico "sólo es posible modificarlos, tratarlos y lograr que la persona conviva con ellos de una manera armónica con la ayuda de determinadas prácticas y terapias".
El estudio norteamericano constó de varias etapas. La primera la denominaron aprendizaje: a todo el grupo de voluntarios les fue presentada una serie de 40 pares de fotografías, la primera con un retrato humano neutral (rostros normales y corrientes de hombres y mujeres) y la segunda con una imagen de tinte desagradable (un crimen, accidentes mortales o una silla eléctrica).
En una segunda etapa, se les mostró sólo la imagen del retrato y, mientras a algunos se les pidió que intentaran recordar la temática desagradable asociada con esa imagen, a los otros se les solicitó que reprimieran ese recuerdo.
La imágenes cerebrales fueron analizadas por resonancia magnética funcional, gracias a lo cual los investigadores trazaron mapas de la actividad heterogénea en las diferentes regiones cerebrales. En algunos casos se logró la supresión del recuerdo, por lo que los científicos determinaron que todo este mecanismo estaría controlado a través de la zona anterior de la corteza cerebral.
"Este hallazgo puede ser muy útil para el tratamiento de pacientes que sufren por recuerdos traumáticos o que tienen fobias", explicó Depue en el comunicado, aunque aclaró que no existen recetas ni técnicas para borrar malos recuerdos, sino sólo "un cierto control humano sobre los recuerdos emocionales".
Durante todo el siglo XX han existido numerosos intentos de suprimir los recuerdos traumáticos, posibilidad que hasta tuvo su versión fílmica en la película de Jim Carrey Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Para la psicóloga platense Mabel Sgriletti "lo malo y lo bueno se entrelaza necesariamente para configurar la identidad y la historia de un individuo, su vivir y su sentir, con todo eso se va haciendo una persona, si se borran los malos recuerdos se borra parte de la identidad". La discusión continúa abierta en la comunidad científica.
L.D.
Tomado de www.diariohoy.net

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