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viernes, 31 de agosto de 2007

Testimonio de una adolescente absorbida por la anorexia y la bulimia

 

Cielo estuvo recientemente en Colombia apoyando la campaña 'Quiérete'.

Obsesión con la muerte y una mala jugada del amor hacen también parte de la historia de Cielo Lantini, quien dejó todo atrás y se lanzó a contarlo todo en un libro.

Ella es una sobreviviente del mundo de la autodestrucción. En su libro narra la etapa de su vida en la que estuvo al borde del abismo. A los 12 años pesaba 64 kilos y ella misma dice que era la gordita del grupo, discriminada, solitaria, aburrida y muy infeliz.

En la búsqueda de lo que ella pensaba que era la perfección, creyó que sus aliados eran la anorexia y la bulimia y así empezó su deterioro. Su camino fue tortuoso: temporadas de hambre que terminaron con la autoflagelación y un inmenso deseo de morir.

Hoy Cielo tiene 23 años y se ha unido a la campaña 'Quiérete' de Cyzone, para prevenir a las jóvenes acerca de estas enfermedades, con la idea de difundir en una gira por Latinoamérica un mensaje positivo que incentive a las adolescentes a quererse a ellas mismas.

Lantini estudió comunicación periodística en la Universidad Católica Argentina y su primer libro es 'Abzurdah', que publicó Editorial Planeta y que utilizó como método terapéutico luego de haber salido del infierno al que la arrastraron la anorexia y la bulimia.

¿Viví una infancia feliz?

"Uff.... Qué difícil empezar a escribir un libro. Bueno en primer lugar tendría que presentarme, decirles quién soy. O mejor dicho quién no soy: no soy normal. No soy una mujer a quien las cosas le fueron difíciles en la vida: nunca me tocó sufrir dificultades de dinero, ni divorcios de padres, ni problemas escolares, digamos que siempre tuve una vida lo suficientemente calmada como para aburrirme hasta límites insospechados.

"Pero por sobre todas las cosas no tenía amigas. Literalmente, y no estoy exagerando, no tenía una puta amiga.

"Lo que decían de mi me afectaba absolutamente demasiado y, seamos sinceros, los comentarios de los infantes pueden ser muy destructivos. Sobre todo si tenés doce años y pesás 64 kilos.

"Medía poco más que un ficus enano y ya pesaba más que mi viejo. Era escandalosamente gorda. Abominable. Bueno no tanto, pero esa imagen pensaba yo que los demás tenían de mí.

"Durante el verano del 98, en un viaje familiar, me peleé con mis padres por alguna razón sin sustento y dejé de comer.

"Pensé que así se preocuparían por mí y quizá me pedirían perdón. Cuando uno tiene 13 años busca maneras insólitas de remendar situaciones que parecen terribles. Mi manera de llamar la atención fue dejar de comer".

Un mal amor

"Clara 14, ese era mi nombre en la red.

"Lo cierto es que había muchísimas bestias en Internet, así que no fue muy difícil distinguir al único ser inteligente: Hogweed (Alejo).
"Volvió. El volvió, o volví yo. No iba a terminar, sabía que no iba a terminar. Soy enfermizamente débil. Después de diez meses, otra vez Alejo. Como en la canción de Genesis, el gigante volvió y enredó al mundo con sus hojas violentas, con sus palabras dolorosas, con sus actitudes hirientes.

"Su comportamiento no cambió, simplemente se le ocurrió volver, quién sabe por qué razón. Siempre dispuesta a recibirlo yo no me quejé.

"¡Qué bajo cayó mi imagen de Alejo! Me abandonó justo en el momento cuando más lo necesito. Siento que la bulimia me consume, que es más que la comida lo que abandona mi cuerpo cada vez que vomito. Estoy vomitando pedazos de alma. Pero está bien, tengo que seguir con mi vida. No se si lo voy a ver de nuevo ahora que se mudó, tendrá otras mujeres que le quedarán más cómodas, de hecho".

Medidas extremas

"Al vomitar experimenté una descarga que no había sentido antes: flotaban entonces ñoquis con licor de melón y muchas penas concebidas por Alejo (el novio) aquellos últimos días.

"Muy bien, vomitar iba a ser mi secreto: nadie tenía que enterarse. No porque pensase que estaba mal lo que estaba haciendo, sino porque no quería que se crearan rumores y porque no quería que nadie develara mi fórmula para estar mejor. La había inventado yo, eso creía.

"Poco tiempo después de haber empezado a vomitar y de haber intentado llamar la atención de Alejo sin ninguna señal de éxito, me propuse entonces un nuevo desafío. Siempre siguiendo la línea de lo que creo que es lógico, me dije: Si como y vomito, me hago mal; quizá lo mejor sea dejar de comer del todo. No me costó demasiado empezar a vivir en un mundo sostenido por las mentiras".

Nuevas esperanzas

"A veces los recuerdos surgen tan fuertes, tan prepotentes que tengo que calmarme y pensar (darme cuenta) que ya todo pasó, que no soy más aquello que escribí. Me extraña y atemoriza saber que quizá soy una versión desmejorada. Mejoradísima, pensarían otros. Yo no lo sé, simplemente quise escribir y vinieron a tocarme la puerta decenas de fantasmas olvidados, de haches colgadas de mis músculos, cientos de ecos rellenándome los huesos.

"Quiero dejar de ser la mujer que tuvo un pasado oscuro, quiero ser la del futuro prometedor, la que sonría sin tener que esforzarse. Quiero dejar de ser inconstante y absurda y quiero por fin tomar una decisión que dure más de cinco minutos. Quiero ser fuerte. Antes no quería nada. Era la negación en persona, la nada misma: nada de comida, nada de deseos, nada de nada".

* Apartes tomados del libro 'Abzurdah' De Editorial Planeta.

¡Quiérete mucho!

Cyzone, distribuidora de maquillaje, moda y accesorios para adolescentes, lanzó recientemente la campaña 'Quiérete' en contra de la anorexia y la bulimia, para ello se unió a la escritora argentina Cielo Latini, quien vivió en carne propia el infierno de la anorexia, con el apoyo del programa Equilibrio, conformado por un grupo de profesionales médicos, psicólogos y psiquiatras que ayudan a la prevención de trastornos alimenticios.

Tomado de www.eltiempo.com

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