El estrés laboral y los problemas económicos y personales pueden generar modificaciones en el humor. Pero, muchas veces, los pasos de la euforia a la depresión esconden una enfermedad muy grave. Un importante especialista aclara todas las dudas ¿A quién no le ha pasado sentirse contento por la mañana y triste a la noche? Los cambios de emociones son característicos del ser humano. Por esa causa, suelen ser tomados como algo momentáneo que en nada afecta al individuo. Sin embargo, puede tratarse de algo mucho más grave: un trastorno bipolar.
¿Qué es el trastorno bipolar? Según Juan Romeu, doctor español, se llama trastorno bipolar a una enfermedad depresiva de larga evolución, en la que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros caracterizados por un estado de ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo (hiperactividad anómala) o irritable.
Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o irritabilidad y grosería, alternan con otros episodios en los que la persona está con depresiones intensas, con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas negativas y, en casos graves, ideas de suicidio.
Los números El trastorno bipolar en adolescentes creció, en los Estados Unidos, cuarenta veces en los últimos 9 años. Se pasó de 20 mil casos a 800 mil en menos de una década.
Por otra parte, los estudios señalan que entre el 15 y el 20% de los afectados incurren en el suicidio.
En la Argentina no hay estadísticas oficiales sobre la cantidad de enfermos por el trastorno bipolar, pero las proyecciones que hacen los especialistas de acuerdo con los datos obtenidos de Estados Unidos y Europa arrojan que el 5 por ciento de la población padecería las formas más atenuadas de la enfermedad.
El jefe del Prograna de Trastorno Bipolar del Instituto de Neurociencia de la Fundación Favaloro, Sergio Strejilevich, dirigió un estudio en el que se demostró que el 41% de los pacientes bipolares en el país se encuentra sin empleo.
La investigación reveló además que el 18% de los enfermos con trastorno bipolar está subempleado, y alertó de que, en el país, el promedio en que los afectados tardan en ser diagnosticados correctamente de su bipolaridad es de ocho años. |
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