El platillo final para los amantes del culto al cuerpo sería el que contenga menos calorías y más verduras; menos carbohidratos y más vitaminas. Cuando elegir lo más saludable se vuelve una obsesión, el riesgo es padecer un trastorno alimenticio conocido como ortorexia. "Vivimos en una cultura que le llamamos "light", una cultura en el cuidado de la persona, un énfasis en el ejercicio, un énfasis en la alimentación sana, pero ¿hasta donde es patológico? Lo patológico es cuando la persona se obsesiona, teniendo pensamientos fóbicos de un temor a engordar", comentó Jannina Pilatowsky, psicoterapeuta. La ortorexia es la cara amable de la anorexia, su antecedente más inmediato. "Tú empiezas quitando cosas de la comida, entonces piensas que te estás cuidando como cualquier adolescente normal, luego empiezas a quitar más cosas, a leer mucho las calorías, a hacer muchísimo ejercicio, como que se empieza a hacer una obsesión impresionante de todo lo que entra a tu cuerpo", dijo una persona con trastorno alimentario. En la anorexia y la bulimia los enfermos tienen obsesión por la cantidad de comida, en la ortorexia lo importante es la calidad de la comida. Las personas con ortorexia procuran ingerir cero grasa, revisan constantemente la información nutricional de los productos, y siempre están en busca de un platillo 100% natural. "Yo sí checo, mi entrenador me dijo: tienes que comer cien gramos de proteína, entonces lo veo y veo cuántas proteínas tengo y voy juntando más o menos cuántas son las que tengo que llevar", expresó Ulises, estudiante. El riesgo se presenta cuando se suprimen alimentos fundamentales y aparecen los ayunos rígidos y la dieta inamovible hasta alcanzar la talla deseada. Las preguntas para saber si se padece o no ortorexia son sencillaza y de fácil respuesta: ¿Su forma de comer lo aísla de los demás?, ¿Se siente culpable cuando come algo no permitido por sus convicciones dietéticas?, ¿Se preocupa más por la calidad de los alimentos que por el placer de comerlos? ¿Nunca cambia su dieta, ni siquiera en ocasiones especiales? Una respuesta afirmativa es suficiente para encender el foco rojo de alerta y atenderse. "Son problemas que tienen un impacto físico en el cuerpo, un impacto mental, un impacto social, son personas que cada vez se van aislando más de su medio, cada vez conviven menos a las horas de las comidas", manifestó María Eugenia Ibarzabal, de la Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria. De la mano de la obsesión por comer sano aparece el miedo a la comida tratada con productos artificiales. "No van a consumir alimentos que contengan agentes bioquímicos, conservadores congelados, embutidos o enlatados y obviamente también la preparación va a ser muy importante para ellos, no van a utilizar ni cucharas de fierro, sino van a ser materiales naturales", indicó Martha María Ramírez García, nutrióloga. Para los adolescentes, la desinformación de los padres y sus recomendaciones mal orientadas sobre el cómo te ves y lo que debes comer pueden ser un detonante de graves consecuencias para la salud. "Que me parara hacer ejercicio, que me pusiera a dieta, que no comiera postres, que no comiera azúcar o grasas, todo era asadito, verduritas", afirmó una paciente con bulimia La costumbre de eliminar alimentos de la dieta diaria por considerarlos nocivos, es la antesala de varias enfermedades. En el caso de las mujeres ortoréxicas, como en otros desordenes en la alimentación, es evidente la delgadez, se ven demacradas por su déficit calórico, la menstruación se detiene, se reseca el cabello, disminuye su frecuencia cardiaca y a la larga pueden presentar osteoporosis, anemia, desnutrición, problemas renales, depresión y enfermedades psicológicas. Observar el comportamiento del otro es recomendable. Si sólo se preocupan por mantener una buena figura con base en la comida que consideran sana, están en riesgo de cruzar la delgada línea entre la salud y una enfermedad como la ortorexia. |
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miércoles, 17 de octubre de 2007
La ortorexia, antecedete inmediato de la anorexia
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