El mundo sería otro. La población mundial disminuiría y las guerras también, y los hijos serían aún más mimados que los chicos de hoy.
La licencia por maternidad sería de un año, comenzando en la segunda semana de embarazo. Pasado el primer trimestre, automáticamente se le haría al embarazado un aumento de sueldo de por lo menos el 30% de su salario. Los partos no se considerarían menos riesgosos que las cesáreas, porque todos querrían una cesárea. Y si acaso algún valiente se decidiera por el parto, la epidural sería obligatoria, no opcional. Los seguros médicos cubrirían los gastos de una nana o práctica para los tres primeros meses del recién nacido.
La población humana correría peligro de desaparecer, porque los pocos hombres anuentes a embarazarse (o por un accidente) no tendrían más de un hijo.
Tendríamos la densidad de población de Alaska. Las estrías se considerarían una marca de belleza y nadie querría ocultarlas ni desaparecerlas. Existirían centros de reclusión tipo spa (estatales y privados) donde los hombres podrían alojarse durante la gestación, cuando se sientan desesperados por las náuseas, mareos, vómitos, cambios de humor, somnolencia, hinchazón. . . Allí serían mimados las 24 horas del cada día. Los médicos recibirían tal cantidad de insultos, golpes y amenazas en las citas de control y en el parto por parte de los embarazados malhumorados por el cambio de hormonas y los dolores, que la obstetricia sería la especialidad médica menos popular de todas. Las mujeres recibirían una licencia por maternidad de un mes para ayudar a sus esposos luego del nacimiento del bebé.
Los gobernantes evitarían a toda costa las guerras, porque no querrían que los pocos hijos que tanto les costó traer al mundo corrieran riesgo de rasguñarse, mucho menos de morir. De seguro Tom Cruise sería un ferviente defensor de los antidepresivos para tratar la depresión post-parto. Las bondades de la lactancia materna se mantendrían, así que las mujeres seríamos legalmente pechos de alquiler. Todas las locuras de las mujeres, como el SPM, la depresión postparto, las terapias hormonales, etc. serían estudiados con rigurosidad científica, porque los hombres las sufrirían. Habría tiendas abiertas las 24 horas para satisfacer los antojos de los gestantes. En todos los trabajos existirían centros de orientación infantil y la hora para alimentar al bebé estaría en la Constitución Política.
El trabajo de las niñeras sería el mejor pagado del mundo (no habría niñeros, ¡jamás!).
1 comentario:
ESTO ES JODIDAMENTE CIERTO XDDD
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