| (RPP) Hay tres tipos de compradores: los              compulsivos, los obsesivos y los impulsivos. El sicoterapeuta Manuel              Saravia, director del Instituto de Salud Mental Gestal de Lima,              señala que es completamente natural que durante las fechas navideñas              mucha gente salga de compras. Sin embargo, hay personas que se              exceden y que ponen en riesgo la economía familiar.               Las compras compulsivas no forman parte de              ningún diagnóstico clínico pero un comprador compulsivo es la              persona que compra lo que no necesita o lo que termina no usando. Se              dice que las mujeres son compradoras compulsivas en mayor grado que              los hombres pero éstos no se excluyen totalmente en lo que se              refiere a asuntos tecnológicos. El comprador impulsivo es aquel que ante un              producto que no tiene urgencia de comprar igual se la lleva y si no              puede hacerlo, la imagen del producto se le queda en la mente. Y              entonces dentro de sí aparecen mensajes como "me lo merezco" o "para              eso trabajo". "El asunto es que la persona quizá se lo merezca pero              en ese momento ese gasto está fuera de sus cálculos pese a que diga              que después verá cómo cubre el gasto, con lo que afectará la              economía familiar", dice el especialista. Por otro lado, tenemos dentro una pauta que se              traduce en que debemos regalar a quien tenemos afecto. Y mientras              más queremos a alguien, hay que darle regalos cada vez más              costosos. "No se está hablando de que la gente no compre              sino que compre dentro de su realidad. No necesariamente celebrar              estas fiestas significa una exigencia de tengo que gastar lo que no              tengo porque si no me voy a sentir mal. Es por eso que mucha gente              se deprime y que veces es una situación que arrastran desde la              infancia", señala. Y por último está el comprador obsesivo, que es              aquel que compra por cantidades y convierten la casa en una bodega o              en un pequeño museo. "Estos son los que están en mayor peligro",              advierte. | 
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